Había escapado hace diez días de una alcaidía. El hombre fue reconocido por sus tatuajes y cicatrices.
Un recluso que se había fugado de la alcaidía de Comodoro Rivadavia hace diez días fue recapturado en las últimas horas en la localidad rionegrina de San Antonio Oeste, donde había cambiado su fisonomía y presentaba una identidad falsa.
Así lo revelaron hoy fuentes policiales al señalar que la captura de Javier Alejandro Lezcano, condenado por haber asesinado durante un asalto a un estudiante universitario, se logró ayer por la tarde tras haber sido reconocido “por sus tatuajes y cicatrices”.
Lezcano fue localizado en la ciudad de San Antonio Oeste, en la costa sur de Río Negro, pero ya no lucía su barba, se había cortado el cabello y circulaba con un DNI falso, dijeron los informantes.
Sin embargo, el hombre fue reconocido por sus tatuajes y cicatrices.
Los efectivos policiales de esa localidad se contactaron con personal de la Brigada de Investigaciones de Comodoro y, tras una revisación fotográfica, se confirmó que efectivamente se trataba del hombre fugado de la Alcaidía local el 12 de octubre.
La policía tenía indicios de que Lezcano podría estar en Río Negro, su provincia natal, y finalmente fue hallado allí, en una estación de servicio.
Lezcano quedó detenido en la comisaría séptima de San Antonio Oeste a disposición de la justicia de Comodoro Rivadavia y será trasladado a esta ciudad a principios de la semana próxima, añadieron los informantes.
El 12 de octubre, el recluso se fugó de su celda tras violentar una reja y acceder a un patio interno para saltar luego un paredón de 6 metros y llegar a la calle. En el lugar se halló una soga hecha con restos de sábanas.
La policía dispuso una investigación y no descartó que haya recibido “ayuda interna” para lograr escapar.
Lezcano fue condenado por el homicidio del estudiante de geología Alejandro Balle, ocurrido el 25 de julio de 2013 por la noche.
El joven fue atacado en la casa que alquilaba en esta ciudad cuando regresaba de trabajar de un local de juegos y electrónica.
Los asaltantes querían robarle las llaves pero Balle se resistió y forcejeó con Lezcano hasta que recibió un golpe en la cabeza y finalmente, un disparo.
Lezcano recibió prisión perpetua; otro de los imputados, Santiago Reuter, fue declarado partícipe necesario de robo agravado por el uso de arma de fuego, y un tercero, Luis Humberto Espinoza, fue absuelto.